Su elección debe depender, aparte de los gustos de cada uno, del presupuesto disponible, instalación, mantenimiento y estética, principalmente. Veamos las diferencias:
- Instalación: en lo que se refiere a la instalación, la tarima flotante es la opción más cómoda ya que no requiere tanto esfuerzo como el parquet y es más sencilla.
- Acabado: referente al aspecto estético, sobre todo si la madera es de buena calidad, el parquet tiene un mejor resultado final; no obstante en la actualidad se pueden encontrar modelos de tarima muy logrados con imitaciones de madera muy fieles a la realidad.
- Mantenimiento: en cuanto al mantenimiento la tarima solo necesita una fregona y jabón para su limpieza, en cambio el parquet requiere de algunos productos específicos como barniz (además de ser acuchillado de forma esporádica). Así, está claro que la tarima es el tipo más sencillo de mantener.